Prueba de larga duración, Abarth 500: Presentación y primeros kilómetros

He de confesarlo: Me enamoré este año de un coche (bueno, de dos, pero el GT-R no cuenta). El Abarth 500 me robó el corazón tras probarlo. Un coche capaz de plantarme una sonrisa en la cara cuando le coges el volante merece tu respeto, y el 500 es así, cargado de carácter, de sensaciones, y de leyenda, aunque también tenga sus defectillos que te hemos contado más de una vez.

Tras mover bastantes hilos y convencer a un buen número de personas, conseguí sacar adelante un proyecto del que esperamos te puedas aprovechar. Vamos a pasar un año y cerca de 100.000 kilómetros con un Abarth 500, con el que voy a recorrer muchos de los lugares históricos donde Abarth forjó su leyenda deportiva por toda Europa, desde Nürburgring a las Mille Miglia. Y te vamos a traer un artículo de cada uno de ellos, sólo para tu disfrute. En paralelo a los reportajes de los viajes míticos y los artículos de seguimiento de la prueba, para evitar la “sobrecarga” he puesto en marcha La Picadura del Escorpión, una web personal en colaboración con Abarth donde podrás saber más sobre la historia de la casa y recibir actualizaciones vía Twitter y Facebook.

Mientras hacemos todo esto, también le daremos un trato realmente duro al pequeño Abarth, y es que con sus prácticamente 100 caballos por litro (1,4 TJet 135 CV, que comprobado en banco da cerca de 150 CV) queremos saber cómo va eso de la durabilidad, del coste de uso y disfrute, del mantenimiento.

A fin de cuentas, ya sabes la fama que tienen los coches italianos de poco fiables. Muchos dicen que es injusta, y por una vez, vamos a sacaros de dudas con pruebas fehacientes. ¿Dispuesto a comenzar la aventura con nosotros?

El protagonista

El protagonista de nuestra primera prueba de larga duración es este Abarth 500 blanco, bautizado como “turbotín” (sí, soy suficientemente friki como para ponerle nombre a mis coches…). Es un Abarth 500 normal, equipado con algunos de los opcionales más interesantes: techo solar “Sky Dome”, climatización, tapicería de cuero, equipo de sonido con subwoofer y las preciosas llantas en 17 pulgadas.

La verdad es que de todos los colores y decoraciones que he visto a la fecha de este modelo, el blanco y el gris son los que mas me han convencido. No hay mucho nuevo que comentar, porque nos hemos cansado en los últimos meses de hablarte de las pruebas del coche, así que puedes revisar la de Kike aquí, la de la variante EsseEsse aquí, y mi visión personal aquí.

De los opcionales de catálogo que echamos de menos en el coche están sobre todo los asientos Sabelt, una opción que hemos tenido oportunidad de probar durante unos días, y que nos ha enamorado.

Los parámetros de la prueba

Nuestra prueba de larga duración va a someter al pequeño Abarth a un esfuerzo que pocos propietarios le van a hacer sufrir. Y es que lo vamos a utilizar de manera intensiva, pero sacando todo el partido a sus componentes. Lo usaremos para conducirlo cada día, para ir a por la compra, para viajar, para trabajar, pero siempre que sea posible, lo llevaremos a lo que es capaz de ofrecer: Sensaciones, prestaciones, paso por curva…

Meterle al coche 100.000 kilómetros en sólo 12 meses tampoco es algo que vaya a hacer la gente, pues la media de kilometraje de este tipo de coches, que en su mayoría son segundos o terceros en los garajes, no supera los 20.000 km.

Así mismo, intentaremos descubrir si el coche sirve para cumplir los compromisos de usabilidad diaria, y para cumplir con viajes largos, sin rompernos la espalda en el proceso. A fin de cuentas mucho hemos hablado de que el pequeño Abarth es la opción “pija”, y que el Punto Evo debería ser “el coche para todo de la marca”, pero igual no es tan descabellado tener el 500 como único modelo en tu garaje, ¿o sí? Vamos a salir de dudas, si no pierdo la espalda y el cuello en el intento.

Las revisiones van a tener lugar por el equipo de Abarth, pero vamos a mantener un seguimiento al detalle de cada pieza que se cambia, de las llamadas a revisión, etc. También vamos a tratar de montar el kit EsseEsse, estudiar las diferencias que le aporta al coche, y si realmente merece la pena la diferencia de precio.

Los primeros 10.000 kilómetros

El día que la gente de Abarth me entregó “mi turbotín” ya tenía muchas referencias del Abarth 500 y de la variante SS, así que no hubo ninguna sorpresa inesperada. El coche nos lo entregaron ya rodado, así que desde el primer viaje ya podíamos exigir a tope a la máquina.

El primer detalle curioso que nos sucedió es que en el primer trayecto largo a realizar con el coche, aproveché para llevar a un buen amigo mío, director de una conocida marca de componentes de coches, en ruta desde Madrid hasta Logroño. El buen hombre hace 1,95 aproximadamente, y a pesar de haber entrado “bien” en el 500 SS, cuando colocó sus posaderas en “turbotín”, descubrimos que pegaba en el techo.

Tras el primer momento de sonoras carcajadas, nos dimos cuenta de que el coche, al contar con el techo Sky Dome, rebaja unos centímetros muy valiosos la altura interior, y al tener las banquetas delanteras una altura considerable, hacen que si llegas casi a los dos metros, estés cerca de dejarte la coronilla en el guarnecido interior.

Tras reclinar un poco el respaldo, mi amigo consiguió encontrar una postura cómoda, pero aun así, en ciertos baches de la A2, tomados a velocidad elevada y en pleno apoyo, oía algún que otro golpe que no era precisamente de suspensión.

Me quedó por hacerle un teste de inteligencia antes y después de montar en el coche para ver si la pérdida de neuronas en el transcurso de la ruta a consecuencia de los golpes era considerable…

Ahora en serio, si haces casi dos metros de altura, dos consejos: Primero, no cojas el techo solar… Pero ni en este coche, ni en casi ninguno. Gracias a Dios, el asiento del conductor es regulable en altura, por lo que tendrás menos problema si vas tras el volante, pero los pasajeros altos lo tienen complicado. Y segundo, los asientos Sabelt, de los que te hablaremos con más profundidad otro día, te dejan las posaderas más bajas, tanto al conductor como al acompañante, así que son una muy buena idea.

Tras esta ruta, donde logramos una media de consumo sobre los 9 litros a los 100 km/h, manteniendo un ritmo de conducción “rápido” por autovía, y cruzando un puerto de montaña que une Soria con Logroño, a ritmo “fuerte”, ya estaba preparado para hacer el día a día con el pequeño Abarth.

En el transcurso de estas últimas semanas, he utilizado el coche para todo… He realizado viajes a Galicia, a Barcelona, a Girona, al País Vasco, a Navarra… Y también me he dedicado a funcionar con él por ciudad para hacer la compra, ir de bares (cero alcohol, lógicamente)… No he renunciado a mi costumbre y divertimento, y cada vez que puedo, me subo a alguna de mis tres carreteras favoritas cercanas a mi domicilio para trazar unas curvas a ritmo rápido.

Las conclusiones y fallos que he podido sacar son realmente alentadores.

Lo primero que sigo teniendo claro es que, a pesar de los días que ya hemos pasado juntos, poco a poco sigo descubriendo ese carácter especial del coche, que lo hace diferente, y que te hace cogerle cariño. Obviamente, como siempre me pasa, le echo en falta más potencia, sobre todo a medida que ya tienes el coche completamente por la mano, pero para eso está el kit EsseEsse, y también te digo que, aunque unos caballitos más no le van a sentar nada mal, con los más de 135 que lleva de serie el coche no va nada mal servido. Me siguen sin gustar los neumáticos Pirelli. En mojado se han mostrado más competentes posiblemente que los Michelin Pilot que llevaba el 500 EsseEsse, pero en seco les falta límite de agarre, y parecen sufrir cuando les buscas las cosquillas.

El uso en ciudad sigue demostrándose muy apropiado. Es cómodo, a pesar de los badenes y baches, y atrapa miradas a diestro y siniestro. Incluso me siguen parando a preguntar qué coche es. No es un coche apto para vergonzosos, eso está claro. Además, aparcar en línea es una gozada, pues apenas ocupa, sobre todo cuando vienes de usar coches como un RX-8. Otro tema es que te fíes de dejarlo en la calle, porque con paragolpes tan expuestos como los de estos coches, da miedo que algún desaprensivo aparque a oído al lado tuyo.

En carretera, haciendo largos trayectos, uno descubre que el coche es sobradamente cómodo para no destrozarte la espalda en el intento. Sin el escape Monza, la rumorosidad mecánica es aceptable, aunque el ruido aerodinámico por encima de 140 es un poco molesto. Se echa de menos, y mucho, un control de crucero, para descansar la pantorrilla derecha, como también echo de menos en esta unidad los faros de xenón, una opción mucho más que recomendable si vas a usar el coche “con nocturnidad y alevosía”, pues las largas con los faros normales se me hacen algo escasas, y las unidades que he probado con faros de alta intensidad son muchísimo mejores.

La comodidad de las butacas está fuera de toda duda, aunque para mi gusto, les falta un pelo de sujeción lateral y les sobra un poquito de mullido, aunque para tragar autopista, donde no hay grandes aceleraciones laterales, y sí que hay baches, puede que sean perfectos. Para todo lo demás, Sabelt merece la pena (como ya te he dicho, esto lo contamos otro día).

Los consumos hasta el momento se han mantenido entre los 8,5 y los 10 litros de media a los 100 en uso combinado. A algunos os pueden parecer muy elevados, pero tenéis que pensar que yo no estoy usando el coche para hacer pruebas de consumo, como otros, sino que directamente lo conduzco como lo que es: Un Abarth deportivo. Así que mezclo sesiones de 50 kilómetros de carretera de montaña y acción, con uso urbano y autopista al ritmo que los radares me dejan. En comparación, y aplicando una conducción similar, te puedo decir que coches como el Ibiza Cupra Bocanegra, o el MiTo Quadrifoglio han andado en cifras de consumo similares, mientras que máquinas como un Clio RS o el propio RX-8 les superan claramente.

¿Se puede consumir menos? Sí, sin duda, mucho menos. Puedes hacer medias de 7 litros sin problemas, pero tendrás que desactivar tu chip mental de conducción prestacional, olvidarte de puntas tacones, cambios al corte… Tendrás que conducir sin el modo Sport activado… En fin, demasiado sacrificio si te has comprado un Abarth, porque para hacer eso, mejor te coges un Fiat 500 100 CV, que le vas a sacar más resultado.

Pegas, problemas, incidencias…

Hasta el momento no hemos tenido ninguna incidencia grave. Sólo puedo quejarme de algún detallito, como el de la ausencia de rueda de repuesto en nuestro turbotín, que se saldó con aquel poco positivo artículo que os dediqué hace unas semanas a los kit reparapinchazos.

Con tanto viaje por Europa como se me viene encima con este pequeño coche, nos vamos a llevar una rueda de repuesto para evitar quedarnos tirados en la cuneta de Stelvio esperando una grúa. Gran noticia que me va a hacer dormir más tranquilo estos días antes de salir a la ruta.

Por lo demás, tengo varias quejas con el sistema Blue&Me, que hasta la fecha parece no querer entenderse bien con mi móvil (HTC Magic). Resulta curioso que este sistema multimedia, en todos los demás coches en los que lo he probado, no haya dado problemas con mi móvil, pero parece que Turbotín le tiene manía a mi móvil, y lo “escupe” nada más conectarlo. Ahora mismo tenemos el Abarth 500 en revisión menor antes del viaje, y van a mirar si nos solucionan el problemilla, así que ya os contaré en unas semanas si la cosa está arreglada.

El mismo dispositivo B&M también da algún que otro problema con los pinchos USB. Según la marca y modelo de la memoria, si es slim o normal, o si tiene un diodo luminoso, puede suceder que cuando apagues el coche y lo vuelvas a encender, regrese al primer archivo de música que tengas almacenado. Esto es toda una puñetería si, haciendo un viaje largo, te llevas un concierto (o una sesión de un DJ, más concretamente) de cinco horas, y cada vez que paras a echar gasolina o visitar el baño y vuelves a montar ves cómo la canción vuelve a empezar. Y todo se vuelve más enervante cuando descubres que dentro de cada pista MP3 no puedes avanzar hacia adelante, cosa que sí que puedes hacer con el CD. Moraleja: Mejor te grabas la música en varios CD MP3, que, al menos a mí, me resulta más fácil navegar en ellos, y acceder a la música que busco en cada momento.

De lo demás no tengo queja. No hemos notado ningún desgaste en el coche, como es lógico con sólo 10.000 kilómetros de uso, y a pesar de haber forzado bastante la máquina en muchos momentos, neumáticos, frenos y suspensiones están como nuevos.

¿Seguirán así después de cruzar Monza, Stelvio, Nürburgring, Spa y media Europa? Te lo iremos contando. No te lo pierdas.

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