Arrancamos la historia de los Fiat/Abarth de motor central

La idea de esta serie de artículos nació hace ya muchos meses. Quería ofreceros una prueba del Abarth SE037 (sí, conocido comercialmente como Lancia Rally), prueba que tenemos ya meridianamente programada. Pero antes de meternos en el coche, y con toda la rumorología de la versión Abarth del Alfa 4C más fresca que nunca (de la cancelación ha vuelto a primera plana en estas últimas semanas), decidí comenzar a escarbar en la historia que había dado lugar a los últimos Abarth de motor central.

Empecé por el 037, y seguí cavando. Salí el Beta Montecarlo, obviamente, y me sumergí en su historia comercial y en la de su derivado de carreras de circuito, el Beta Montecarlo Turbo de Grupo 5. Pero a medida que cavaba e iba colectando información a través de interminables notas de prensa, artículos y libros de referencia (la mayor parte de las veces confusos, pues lo que en uno aparece como “hecho” otro te explica que fue de otra manera), no me quedó otra que empezar a tirar de más recursos.

Comencé entonces a disparar mails a diestro y siniestro, intercambiando charlas con expertos en el tema, ex-trabajadores de Abarth de la época y coleccionistas. Y claro, el hoyo era cada vez más profundo. Tan profundo que ya estaba metido en el Abarth SE030. Me metí más todavía y llegué al Fiat X1/9, al X1/8, a Pininfarina y Bertone, y finalmente llegué al Fiat G.31, que a su vez derivaba de un proyecto para Autobianchi.

Tras meses de catalogación y reunión de información, tras meses de documentarme adecuadamente, he sido capaz de ordenar toda la historia de una manera sencilla de contar, con fotos, con datos, algunos de ellos nunca contados. Una historia increíble que habla de las envidias dentro de la casa italiana, del saber hacer de unos ingenieros increíbles, de cómo se cocían las cosas en Fiat a medida que la compañía crecía a base de absorber a otras como Abarth, Autobianchi o Lancia, y de cómo los intereses comerciales para vender coches en los concesionarios muchas veces han modificado los planes reales de denominación de muchos productos que, a la postre, han acabado siendo míticos.

¿Te animas a disfrutar de toda esta historia que ocupa prácticamente 20 años? Pues a lo largo de los próximos días te la contaremos.

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